viernes, junio 06, 2008

La Leyenda del Rey Salomon

LA LEYENDA DEL REY SALOMON

Dos madres solteras compartían un cuarto, y cada una dio a luz un niño alrededor del mismo tiempo. Por la noche, una de las madres, en forma accidental se había dado vuelta sobre su bebé, afixiándolo. Cuando se despertó temprano y vio que su hijo estaba frío e inmóvil, la turbada mujer tomó el bebé de su compañera de cuarto dormida para sí y colocó el bebé muerto en su lugar. Más tarde la otra mujer despertó, vio al bebé muerto y comenzó a lamentarse con dolor. Pero después de examinar al infante, rápidamente se dio cuenta que no era su niño. Del otro lado del cuarto, ella pudo ver a su compañera sosteniendo firmemente a su bebé. Las dos mujeres comparecieron ante el rey, luchando por la posesión del niño vivo. —Escucha, mi señor —dijo la primera mujer—… El hijo de ésta murió una noche por haberse ella acostado sobre él; y ella levantándose en medio de la noche, me quitó de mi lado a mi hijo, mientras tu sierva dormía, lo puso a su lado, dejando al lado mío a su hijo muerto. La mujer siguió diciendo que cuando se despertó a la mañana para alimentar a su pequeño, encontró a su lado a un bebé muerto que no era el suyo, sino el de su compañera. —No —exclamó la otra mujer airadamente—, mi hijo es el que vive; es el tuyo el que ha muerto. —No —gritó la primera mujer—, tu hijo es el muerto; y el mío, el vivo. Qué espectáculo deben haber ofrecido estas dos mujeres en el palacio, gritándose mutuamente y dispuestas a tirarse de los cabellos, si las hubieran dejado. ¡Pobre Salomón! Nunca antes había visto un caso tal. ¡Ahora si que necesitaba la sabiduría que Dios le había prometido! —Traedme una espada —ordenó con calma; y cuando un criado se la trajo, un profundo silencio reinó en la sala. —¿Qué querrá hacer con esa espada? —susurró alguien. —¡Ahora, traigan al niño! —ordenó el rey. Los presentes contuvieron la respiración. ¿Iría a cortar al niño por la mitad?—. Partid por el medio al niño vivo —siguió diciendo Sa1omon— y dad la mitad de él a la una y la otra mitad a la otra. Un murmullo de terror recorrió la sala. Al comienzo el soldado pensó que el rey estaba bromeando, pero Salomón comenzó a mirar con rabia la indecisión del soldado. Lentamente este desenvainó su afilada y reluciente espada y avanzó hacia la mujer que sostenía el bebé. Repentinamente la verdadera madre se arrojó a los pies del rey y suplicó: —¡No! ¡No, por favor! —gritó la verdadera madre.¡Oh, señor rey!, dale a ésa el niño, pero vivo; que no lo maten. —No —dijo la otra mujer sin misericordia—. Ni para mí ni para ti: que lo partan. Ahora Salomón supo sin lugar a dudas quién era la verdadera madre. La mujer que renunciaba a la partición era la auténtica madre del bebé, y señalando a la mujer que había pedido que perdonaran la vida al pequeño ordenó: «Dad a la primera el niño vivo; no lo matéis. Ella es su madre». Al salir las dos mujeres de la presencia del rey, la curiosa historia de lo ocurrido comenzó a divulgarse. Pasando de boca en boca, llegó a las ciudades y aldeas hasta que en todo el país la gente se enteró de cómo Salomón había identificado a la verdadera madre del bebé. “Todo Israel supo la sentencia que el rey había pronunciado, y todos temieron al rey, viendo que habla en él una sabiduría divina para hacer justicia”.


Aplicado a nuestra época, en nuestro país y en este momento:

NOSOTROS SOMOS EL NIÑO.

CUAL SERA NUESTRA VERDADERA MADRE???

Lilian